Un templo histórico

Declarada Monumento Histórico Artístico el día 9 de junio de 1975, Nuestra Señora del Carmen y San Luis Obispo es la iglesia del antiguo y desaparecido convento de San Antón y San Dámaso, de religiosos carmelitas calzados procedentes de Toledo, fundado en la recientemente creada capital del reino, el 17 de enero de 1575 sobre una antigua mancebía de la calle del Carmen que había sido desalojada y derribada en 1541.

El convento, más conocido por el nombre del Carmen Calzado, fue costeado, entre otros mecenas, por Felipe II, la princesa doña Juana de Austria, y la propia Villa, que ensanchó la calle y mejoró el emplazamiento. Comprendía toda la manzana que hoy ocupa la calle del Carmen, la calle Salud y la plaza del Carmen.

El templo fue construido entre 1611 y 1640 por el arquitecto Miguel de Soria, colaborando con él desde 1631 el entallador Mateo de Cortray, quien realizó las portadas laterales.

Azarosa fue la vida de los religiosos, expulsados por primera vez del convento en 1808 durante la Guerra de la Independencia contra las tropas de Napoleón. Durante la nefanda desamortización de Mendizábal en 1836 se expulsó a los religiosos de su templo por segunda vez. Pese a todo, la iglesia siguió en funcionamiento y se mantuvo el culto gracias a la congregación de los terciarios carmelitas.

Esta iglesia, que provisionalmente albergó a la parroquia de Santa Cruz, alcanzó parroquialidad propia en el arreglo de 1891.

En 1911 se fusionó con la parroquia de San Luis Obispo y quedó jurisdiccionalmente como filial aneja de esta última. Durante la Guerra Civil, la parroquia de San Luis fue totalmente destruida, por lo que ambas quedaron unidas en el mismo templo, pasando a la configuración parroquial tal y como hoy la conocemos.

En 1950, con motivo de las obras de ensanche de la calle de la Salud, se recortó la nave por sus pies y se tuvo que construir una nueva fachada en la que se ubicaría la portada barroca de la antigua parroquia de San Luis Obispo, realizada en 1714 por Francisco Ruiz.



FACHADA

La fachada es relativamente sencilla, con dos portadas a la calle, una en la calle del Carmen y otra en la calle de la Salud. Antiguamente tenía tres, correspondiendo la tercera también a la calle del Carmen a la altura del presbiterio y que hoy se encuentra convertida en una ventana.

En la calle de la Salud, a la altura de la nave del Evangelio, se encuentra la única torre del templo, de sillería y ladrillo, cubierta de un revocado típico de las iglesias madrileñas. En la parte inferior de la misma se ubica la portada barroca del antiguo templo de San Luis Obispo, de 1714. Enmarcada entre columnas, la bella portada barroca contiene un dintel, sobre el que se encuentra la escultura de San Luis.

Por encima, un frontón curvo partido, que enmarca la parte inferior de la hornacina donde se aloja el santo titular, todo ello en piedra caliza realizada por el arquitecto madrileño Francisco Ruiz, salvo la escultura del santo realizada por Pablo González Velasco. Por encima del santo, otro frontón curvo partido más pequeño, que enmarca un escudo.

Esta portada es lo único que se salvó del incendio provocado meses antes del inicio de la Guerra Civil, en marzo de 1936, y que destruyó la antigua iglesia de San Luis Obispo en la calle Montera. Estas tres fotografías muestran al antiguo templo de San Luis Obispo y su estado tras el incendio.

La portada que da a la calle del Carmen es más sencilla, del siglo XVII, que consta de dos columnas alojadas en pedestales, con pilastras retranqueadas que enmarcan la puerta, y que tiene un arco de medio punto sobre el dintel. En el tímpano de esta portada, el escudo del Carmelo y, por encima, una hornacina con el grupo escultórico de la imposición del escapulario por la Virgen del Carmen a San Simón Stock.



INTERIOR DE LA IGLESIA

El interior del edifico ha llegado a nosotros casi intacto. Con una inmensa planta en forma de cruz latina, con los brazos del crucero cortos y cúpula sobre pechinas en el crucero, es de una sola nave con capillas a los lados. Un edificio claramente barroco del siglo XVII, pero con muchas influencias de modelos romanos. Muchas de las imágenes son de factura moderna, ya que fue saqueada en marzo de 1936 y muchas de sus valiosísimas obras de arte fueron destruidas. Sin embargo, las que han llegado hasta nosotros son verdaderas obras de arte.

La nave está cubierta por medio de bóvedas de cañón sustentadas por arcos fajones donde se abren lunetos y ventanas, y se sostiene por pilastras de orden toscano. En el crucero, una cúpula sin tambor ni linterna, sobre pechinas con los escudos del Carmelo. La nave central tiene dos púlpitos de mármol, fechados en 1630 y decorados con escudos de la misma orden religiosa.

En los pies del templo, y a cada lado, a la altura del coro, se levantan dos tribunas. En la del Evangelio, se encuentra el precioso órgano del siglo XVII. Por encima de todas las capillas se localizan los balcones desde los que seguían los actos religiosos los carmelitas.




RETABLO MAYOR

El retablo mayor, de estilo clasicista, es del siglo XVIII, donde unas grandes columnas neoclásicas enmarcan el grupo central de la Virgen del Carmen, una magnífica escultura de Juan Sánchez Barba, del siglo XVII

En el ático del retablo, otra joya del templo: una pintura de la Santísima Trinidad, que salió de las manos del madrileño Antonio de Pereda.

En sus laterales, en la parte superior, dos pinturas del siglo XVII que representan a dos insignes carmelitas: Santa Teresa de Jesús y Santa María Magdalena de Pazzi. Debajo, dos esculturas del XVIII. La de la izquierda representa a San Juan Nepomuceno y a la derecha la de San Simón Stock.

En la parte inferior, rodea la capilla mayor una sillería de madera del siglo XVII, obra del tallista Gabriel Vázquez.

Como curiosidad, podemos ver una foto del altar mayor, anterior a 1936, donde se puede ver, a la derecha, arrodillado a los pies de la Virgen, una imagen de San Simón Stock. Esta imagen fue destruida en algún momento durante los trágicos días vividos en Madrid antes del estallido de la Guerra Civil.



CAPILLAS

Todas las capillas laterales se abren con un arco de medio punto y todas ellas se cierran con unas hermosas verjas del siglo XVII, indudablemente de las mejores que podemos encontrar en Madrid.

Primera Capilla

Hoy ocupada por la Hermandad de los Gitanos, con sus dos titulares, obras de Ángel Rengel de 1996, en un retablo del siglo XVII atribuido a Sebastián de Benavente.

Dispone de dos retablos laterales, uno del sigo XVIII y otro del siglo XVII, también atribuidos a Sebastián de Benavente.

Acompañan en la capilla en el retablo izquierdo una imagen de la Inmaculada (talla de mediados del siglo XX), y a los lados, las imágenes de San Federico y Santa Lucía.

En el ático, una vidriera con el escudo de la Hermandad realizada y donada por D. Ramón Escobar Yébenes.

Capilla de la Venerable Orden Tercera de Nuestra Señora del Carmen Calzado

Capilla dedicada a Nuestra Señora del Carmen Calzado, una imagen del siglo XX, de una gran calidad y belleza, obra del imaginero malagueño Francisco Palma Burgos (1918-1985)  y que es sacada en procesión por las calles de Madrid (la primera vez fue en el año 2010.)

Completan la decoración una pintura de San Matías, copia moderna de un cuadro de Rubens,  una talla de San José, de finales del siglo XVIII, y otra de una Inmaculada, imagen del siglo XIX.

En esta antigua fotografía de una talla de Nuestra Señora del Carmen, lamentablemente perdida, está basada la actual imagen de Palma Burgos.

Capilla de la Virgen de Guadalupe de Extremadura (antigua de los Médicos)

Preside la capilla una talla moderna de la Virgen de Guadalupe de Extremadura, en un retablo neoclásico del XVIII. En el fondo de esta capilla, hay una lápida sepulcral de la familia Alarcón, fundadores de ésta en 1638.
  

Capilla de la Virgen de la Caridad del Cobre

En el fondo de la capilla una imagen, en una talla moderna de la patrona de Cuba. El retablo es del XIX.
A lado, una escultura moderna del Cristo de Medinaceli.




Capilla de la Real e Ilustre Congregación del Santísimo Sacramento y Santo Entierro

Esta es la más fastuosa de todas las capillas del templo. El retablo es del siglo XVIII, muy barroco y recargado, con grandes columnas salomónicas y muy cargada ornamentación.

En el centro del altar, la Virgen de la Soledad, obra de Jacinto Higueras. Esta talla fue restaurada por la parroquia en 2014, recuperando parte de su esplendor inicial.

Aquí además se encuentra una de las joyas del templo, el Cristo Yacente, obra de Juan Sánchez Barba en el siglo XVII. Esta escultura fue mutilada en 1936 y restaurada después.

En la capilla se encuentran varios lienzos del siglo XVII. La Coronación de espinas, copia del original de Van Dyck; San Pedro contemplando a Cristo atado a la columna, y dos cuadros que representan a San José y San Antonio. Todos ellos son de la escuela madrileña.


Capilla de la Virgen del Pilar

Cuenta con una imagen moderna de la titular, que se aloja en un magnífico retablo barroco con columnas salomónicas, otra de las obras de Sebastián de Benavente, que se encuentran en la iglesia. Al lado de la Virgen, esculturas de San Alberto de Sicilia y la Beata Arcángela, ambas de finales del XVIII.

En un retablo más pequeño, realizado con los restos de otro retablo del XVIII anterior, se cobija una escultura moderna de La Milagrosa. También sirve esta capilla como baptisterio, por lo que aquí se encuentra la pila bautismal.

Comentar como anécdota que en esta capilla se encontraba un hermoso cuadro que representaba a la Virgen del Parto o de la Leche, la cual fue muy venerada por las embarazadas de Madrid, pero el cuadro fue robado y la tradición madrileña de ir a pedir a la Virgen por un alumbramiento feliz, pasó a ser historia.

Altar del Cristo de la Fe

Santo Cristo de la Fe, obra de Víctor González Gil en los años cuarenta del pasado siglo, talla ejecutada basándose en fotografías del original del templo de San Luis, que se quemó en 1935 con el resto de la iglesia.  Este Cristo tiene muchísima devoción, y está alojado en un precioso retablo barroco con columnas salomónicas del siglo XVII.




Brazo del crucero de la Epístola

En este ala del templo se encuentra un magnifico retablo del siglo XIX, enmarcado por dos columnas y con la Santísima Trinidad, obra del escultor José Piquer.
Pintura que representa al profeta Elíseo, mandando a unos osos que maten a los niños, que se habían burlado de su calvicie. Este soberbio cuadro es obra de Antonio de Pereda, del siglo XVII.


Brazo del crucero del Evangelio

En este lado de la nave, se encuentra la puerta monumental del siglo XIX, que da paso a la sacristía.
En esta ala del templo podemos encontrar un retablo barroco del siglo XVII con una escultura moderna del Sagrado Corazón de Jesús. En el ático, una pintura barroca de la Trinidad. Más alto aún, una magnífica pintura que representa a Elías, fundador del Carmelo como Elíseo, matando con la espada de fuego a los falsos profetas de Baal, obra de Antonio de Pereda.

Por ultimo podemos encontrar frente a la entrada a la sacristía un pequeño retablo barroco del XVIII, con un busto de Ecce Homo, una talla de la escuela madrileña del XVII.